Llevábamos unas semanas hablando sobre qué disfraz íbamos a ponernos en el día de Halloween. Algunos estaban muy ilusionados, otros tenían incertidumbre, reparo e incluso un poco de miedo con eso de pasar por un túnel del terror.
A lo largo de la semana, también lo trabajamos en nuestras clases de inglés e hicimos varios troqueles de fantasmas y calabazas.
Y... por fin, llegó el día esperado.
Entramos a gritos asustándonos unos a los otros, nos encantaba mirarnos y ver lo guapos que todos habíamos venido, así que nos hicimos unas fotos en la clase.
También aprovechamos a hacernos alguna con nuestro grupo de mesa:
Después de dibujar una ficha de nuestra particular fiesta, nos fuimos al pasaje. Ufffff, ¡¡¡que miedo!!!
La profe no tenía manos para coger a todos los que no iban muy convencidos, sin embargo , al final , todos fuimos muy valientes y lo pasamos genial.
Esperando para entrar al túnel. |
Con todo ello, nos entró un hambre tremenda. Menos mal que nos esperaba un estupendo desayuno, que nos ayudó a coger energías ante tanta emoción incontrolada.
Ya en el patio, jugamos un rato
pero finalmente, nuestras fuerzas, terminaron decayendo.